Hoy como ayer la lucha por darle espacio a la igualdad se repite con los mismos argumentos, pero distintos protagonistas. Durante años quienes se oponían a la sanción de una ley de divorcio y a la legalización de nuevos matrimonios argumentaban "defender los derechos de la familia". Con esa postura dejaban en el olvido a los hijos nacidos de parejas dispuestas a enfrentar la hipocresía reinante. Esas mismas voces son las que se alzan hoy en contra de una ley que iguale los derechos de todos los habitantes, más allá de su género u orientación sexual.
Finalmente la ley de divorcio lejos de las predicciones apocalípticas de los sectores que decían defender a "la familia unida" y vaticinaban un aluvión de demandas divorcistas, transcurridos los primeros tiempos de la ley donde se regularizaron innumerables separaciones de hecho, el tiempo acomodó las cosas y se siguieron casando los que así lo decidían y divorciando los que ya no toleraban la convivencia.
Lo cierto es que hoy son muchas las parejas conformadas por lesbianas, gays, bisexuales y trans que conviven, tienen hijos y eligen un futuro en común. Se trata entonces de que el Estado les permita el acceso al matrimonio, con todos los derechos que eso implica (herencia, adopción, jubilación, obra social, entre otros).
"Al aprobar la ley el Estado deja atrás la discriminación y con esto, valida frente a la sociedad nuestra elección sexual", "La discriminación sigue vigente sobre todo en los pueblos del interior donde muchos homosexuales deben abandonar su tierra para dirigirse a la ciudad donde pasan desapercibidos".
La aprobación de la ley sobre matrimonio igualitario "tiene efectos salugénicos", en alusión a que "normaliza algo que todavía está significado como enfermo".
Desprotegidos
Existen cuatro formas de tener hijos, Los nacidos de relaciones heterosexuales previas; por adopción (generalmente utilizada por los varones); mediante fertilización (más utilizada por las mujeres) o la maternidad subrogada (alquiler de vientres), y los nacidos en familias coparentales (varón gay y mujer lesbiana, cada uno con su pareja, que crían juntos a un niño). "Pero esos hijos no tienen los mismos derechos que los nacidos de parejas heterosexuales", Y como ejemplo la situación de una mujer que tuvo tres hijos con su pareja hombre de la cual se separó. "Con el tiempo se unió a otra mujer con quien comparte la crianza de esos hijos, pero ocurre que si llega a fallecer la madre biológica, esos hijos pueden quedar en manos de cualquiera, del mismo modo que si fallece la pareja de la madre, a quien no tienen derecho de heredarla".
La ley actual de adopción permite a todas las "personas" hacer uso de ese derecho, independientemente de su orientación sexual, y de hecho esto ocurre con frecuencia. Y respecto de las posibles implicancias de esta crianza, los estudios científicos realizla Asociación Americana de Pediatría o la Asociación Americana de Psicología, entre otros, que compararon niños criados por parejas heterosexuales con las de igual sexo y que demuestran que no existen diferencias significativas en las capacidades cognitivas, afectivas e intelectuales.
"Los primeros estudios que se hicieron en el mundo tienen más de 30 años y fueron en parejas de mujeres que tuvieron hijos por fertilización. Muchos de esos niños hoy son adultos y están teniendo a sus hijos. Se comprobó entonces que en las generaciones siguientes tampoco se encontraron cambios significativos comparados con las parejas heterosexuales".
"Lo verdaderamente importante para la crianza de un niño son la fortaleza de los vínculos de apego que tienen que ver con el cuidado, la validación y el amor, y eso no es privativo de una determinada orientación sexual".
